
LA ADULACIÓN
Espinela encadenada, glosada sobre un cuarteto deducido de la
advertencia:
Prefiere la verdad hiriente de tu amigo
a la mentira complaciente de tu enemigo.
Glosa
Oye la verdad
hiriente
que te confiese un amigo
y no oigas del enemigo
la mentira complaciente.
Grave tarea me ha
dejado
en una sala de espera
un amigo que desvela
por ver el verso rimado
en un tema prefijado
que mucho gusta a la gente,
pues resulta complaciente
escuchar la adulación,
más yo te doy mi opinión:
¡Oye la verdad hiriente!
Oye
la verdad hiriente
aunque sientas el desgarro
que en tu alma de bizarro
deja esta espada candente,
y ve siendo consecuente
con quién te da este castigo,
porque no es fácil consigo
expresarte la verdad.
¡Lo que debes valorar
que te confiese un amigo!
Que
te confiese un amigo
sin ambages, sin cautela,
cuál tutor, cuál centinela
de tus actos, que es testigo
de lo que no va contigo.
¡Es un hecho que bendigo
y a prevenirte me obligo,
que la fina adulación
ponga sorda a tu razón
y no oigas al enemigo!
Y no
oigas al enemigo
que no sufre, que no vela,
como quien en espinela
se esfuerza por un amigo
que en sala de espera, abrigo,
esté tranquilo, paciente,
para aceptar indulgente
ésta firme convicción:
¡Guarda toda adulación
la mentira complaciente!
Ensayo de Zenón Ramírez
García
Papantla de Olarte, Ver., 15 de Agosto de 2014
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